La pinsa romana: una deliciosa variante de la pizza clásica

Si alguna vez has escuchado hablar de la pinsa romana, es importante que sepas que no se trata de un error de escritura o pronunciación. La pinsa romana es una preparación italiana que comparte algunas características con la pizza tradicional, pero que tiene sus propias particularidades. En este artículo te explicaremos qué es la pinsa romana, cuál es su origen y cuáles son las diferencias principales con la pizza clásica.

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¿Qué es una pinsa romana?

La pinsa romana es un plato típico italiano que ha ganado popularidad en los últimos años. A simple vista, se parece mucho a la pizza tradicional, pero tiene una forma más rectangular y menos ovalada. La pinsa romana se diferencia de la pizza en su proceso de elaboración y en los ingredientes que se utilizan.

La masa de la pinsa romana se prepara con una mezcla de harina de soja, trigo y arroz, que se deja fermentar durante al menos 72 horas. Esta fermentación prolongada le otorga una esponjosidad única a la pinsa, haciéndola más ligera y crujiente. Además, en la receta original de la pinsa romana se utiliza masa madre, lo que le da un sabor y una textura característicos.

Origen de la pinsa romana

Se cree que la pinsa romana tiene sus raíces en el siglo XVII, cuando los amantes de la pizza comenzaron a experimentar con diferentes variantes debido a la falta de sistemas de conservación de alimentos. En la región de Lazio, en Roma, los campesinos solían hacer su masa con agua y cereales, agregando solo un poco de sal y hierbas aromáticas como el orégano. La masa se dejaba fermentar durante varios días antes de ser cocinada.

Aunque la pinsa romana existe desde hace siglos, fue en el año 2001 cuando el chef Corrado di Marco la registró oficialmente como una preparación culinaria. Desde entonces, la pinsa romana se ha convertido en un plato muy popular en todo el entorno y cada vez más restaurantes la incluyen en su menú.

Diferencias entre la pinsa romana y la pizza clásica

La pinsa romana y la pizza clásica tienen algunas diferencias importantes en cuanto a su forma de preparación y los ingredientes que se utilizan.

En primer lugar, la pinsa romana se distingue por su forma rectangular, mientras que la pizza clásica es redonda. Además, la pinsa romana se prepara con una mezcla de harina de soja, trigo y arroz, mientras que la pizza clásica se hace exclusivamente con harina de trigo.

Otra diferencia importante es el tiempo de fermentación de la masa. Mientras que la pizza clásica fermenta durante aproximadamente 48 horas, la pinsa romana requiere al menos 72 horas de fermentación. Esta fermentación prolongada es lo que le da a la pinsa su esponjosidad y ligereza característica.

Por último, la pinsa romana utiliza masa madre activa en su preparación, lo que le da un sabor y una textura únicos. En cambio, la pizza clásica no lleva masa madre.

Similitudes entre la pinsa romana y la pizza clásica

A pesar de las diferencias mencionadas, tanto la pinsa romana como la pizza clásica comparten algunas similitudes. Ambas se elaboran con harina como base y se hornean en un horno de leña o especializado para obtener una cocción perfecta.

Además, tanto la pinsa romana como la pizza clásica se sirven con una base de tomate y queso. La elección de los ingredientes adicionales puede variar según el gusto del consumidor y del restaurante, pero ambos platos suelen incluir una variedad de ingredientes como jamón, champiñones, cebolla, anchoas, rúcula, albahaca o pepperoni.

Cómo preparar la pinsa romana paso a paso

Si te animas a preparar pinsa romana en casa, aquí te dejamos una receta básica:

  1. Mezcla en un bowl el agua, la levadura, la masa madre activa y el aceite de oliva.
  2. Agrega las harinas y revuelve hasta obtener una mezcla homogénea.
  3. Añade la sal y deja reposar la masa durante 10 minutos.
  4. Plega la masa cada 10 minutos, aproximadamente, dos o tres veces.
  5. Divide la masa en partes iguales y déjalas reposar en un recipiente engrasado.
  6. Refrigera la masa durante al menos 72 horas, a una temperatura controlada de 4° a 6° C.
  7. Prepara el horno y cubre la bandeja con papel especial.
  8. Esparce sémola de trigo sobre la bandeja antes de colocar la masa y darle forma.
  9. Pincela la masa con aceite de oliva y llévala al horno.
  10. Hornea a temperatura máxima hasta que los bordes comiencen a dorarse.
  11. Agrega los ingredientes adicionales y hornea por otros cinco minutos.

¡Y listo! Ya puedes disfrutar de una deliciosa pinsa romana casera.

La pinsa romana es una variante de la pizza clásica que ha ganado popularidad en los últimos años. Aunque comparten algunas similitudes, la pinsa romana se distingue por su forma rectangular, su fermentación prolongada y el uso de masa madre en su preparación. Si tienes la oportunidad de probarla, te recomendamos que lo hagas, ya que es una experiencia culinaria única que te transportará a las calles de Roma.

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